Depresión en niños: información para padres y familiares
By: Paola Evies
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Depresión en niños: información para padres y familiares
La depresión ya ha dejado de ser una enfermedad solo de adultos. Actualmente cada vez más hay niños diagnosticados con trastornos depresivos. ¿A qué signos y síntomas debemos estar alerta los padres para actuar precozmente?
Los niños pueden comunicar o mostrar sentimientos de infelicidad, tristeza, desaliento, irritabilidad, pero la mayoría de ellos serán reactivos a un suceso externo, servirán para adaptarse a las diferentes situaciones a las que se enfrenta y el niño se recuperará progresivamente de estos estados de ánimo. Sin embargo, un pequeño porcentaje de ellos cursará con síntomas depresivos durante su infancia y/o adolescencia.
Es importante diferenciar la depresión de la tristeza. La tristeza es una emoción universal de la condición humana y tiene una función adaptativa, mientras que la depresión es una alteración grave del estado de ánimo, cualitativamente distinta de la tristeza y que requiere tratamiento específico.
Investigaciones recientes muestran que un 2% de los niños y un 4-8% de los adolescentes presentan depresión. La depresión es una patología que, a su vez, parece estar acelerando su ascenso como causa de ingreso hospitalario. Por otro lado, en el tercer Cuaderno FAROS “Trastornos del comportamiento en la infancia y la adolescencia: ¿Qué está sucediendo?” se especifica que en niños diagnosticados con trastornos de conducta las tasas de depresión pueden situarse entre el 15% y el 31%.
La depresión en niños puede ser severa y de larga duración y puede interferir en todos los aspectos de su vida diaria, desde el rendimiento escolar hasta sus relaciones con amigos y familiares.
Síntomas de depresión en niños
Los síntomas de depresión varían según la personalidad del niño y la etapa de desarrollo en la que se encuentra. Los síntomas principales son:
- Estado de ánimo irritable o triste. Los niños suelen estar más irritables o malhumorados que tristes o abatidos.
- Pérdida de interés o de placer. Pasan menos tiempo en hobbies o actividades que anteriormente les producían placer. Los padres suelen notar mayor aislamiento social o abandonos de hobbies que antes disfrutaban.
Otros síntomas habituales son los siguientes:
- Cambios en el apetito, con repercusión en el peso (pérdida, ganancia o un estancamiento)
- Cambios en el sueño (dificultades para dormir o sueño excesivo)
- Cambios psicomotores (dificultad para estar quieto y moverse continuamente; o marcado enlentecimiento en las respuestas y movimientos)
- Pensamientos de inutilidad o culpa
- Fatiga, pérdida de energía
- Dificultades para concentrarse (por ejemplo, se puede observar una bajada brusca del rendimiento académico, que se distrae constantemente o quejas de memoria)
- Pensamientos de muerte, intentos de suicidio
Ten presente que muchos de los síntomas descritos también son característicos de otros tipos de dificultades o trastornos; no son exclusivos de la depresión. Pueden aparecer en otros trastornos psicológicos, como:
- Trastorno de ansiedad: nerviosismo, inquietud psicomotriz, quejas somáticas, dificultad para dormir.
- Trastornos de conducta: problemas de conducta o disciplina
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): dificultades de concentración, rendimiento académico bajo, baja tolerancia a la frustración, autoestima baja
- Trastornos del aprendizaje: rendimiento académico bajo, dificultad para concentrarse, autoestima baja
- Fobia escolar: quejas de molestias físicas, agitación, rendimiento académico bajo
- Falta de destrezas sociales: aislamiento social, mala conducta, problemas de disciplina
- Enfermedades físicas: quejas de molestias físicas, cambio en el apetito, cansancio
- Trastornos de la conducta alimentaria: subida o bajada de peso corporal, falta de ganancia de peso / crecimiento adecuado, cambios en el apetito, autoestima baja
Ninguno de estos síntomas, aislados o en grupo, son solamente de depresión. Si algunos de estos síntomas están presentes o tienes dudas, consulta al profesional. En caso necesario, un profesional de la salud mental (psicólogo clínico o psiquiatra) será capaz de descartar estas y otras causas.
Factores de riesgo de la depresión infantil
- Temperamentales: determinados rasgos de temperamento y personalidad aumentan el riesgo de desarrollar una depresión mayor
- Ambientales: como acontecimientos adversos en la infancia, especialmente cuando son múltiples y de diferentes tipos.
- Genéticos y fisiológicos: los niños cuyos progenitores tienen un trastorno depresivo tienen de dos a cuatro veces mayor riesgo.
- Comorbilidad: tener otro trastorno psicológico aumenta el riesgo de desarrollar una depresión o de dificultar su mejoría. Tener una enfermedad médica crónica o incapacitante también aumenta el riesgo de episodios depresivos.
Diagnóstico de la depresión en niños
El comienzo de la depresión puede ser súbito o gradual. Diagnosticarla puede ser difícil debido a que puede presentar síntomas típicos de otros trastornos, como la ansiedad o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
A pesar de que un niño puede presentar uno o más síntomas de depresión, generalmente se considera un trastorno depresivo mayor si se observan cinco o más de los síntomas descritos por un determinado mínimo dos semanas durante la mayor parte del día y estos causan una interferencia significativo en el día a día.
Tratamiento de la depresión en niños
Cuando los síntomas no son propios de una depresión, sino que son emociones reactivas a acontecimientos vitales, habitualmente no precisan de un tratamiento especializado. Los progenitores pueden enseñar a los niños a identificar, entender y gestionar dichas emociones. Por ejemplo, los sentimientos de fracaso e irritabilidad causados por obtener una mala nota en la escuela pueden ser una señal de la necesidad de mejorar los hábitos de estudio y de prestar más atención en la escuela. Por otro lado, también serán una oportunidad para que los niños aprendan a tolerar la frustración.Por otro lado, cuando los síntomas de depresión son persistentes y más severos se debe buscar la ayuda de un profesional (generalmente un psicólogo clínico o un psiquiatra, aunque inicialmente se puede consultar al pediatra referente). Los tratamientos más utilizados son:
- Tratamientos psicológicos, como la terapia cognitivo-conductual, la terapia interpersonal o la terapia familiar
- Tratamientos farmacológicos
- Tratamientos combinados (fármacos y psicoterapia)
¿Cómo puedes ayudar a un niño con síntomas de depresión?
La siguiente lista de sugerencias puede ayudar a los padres con los síntomas más comunes de la depresión en niños:
- Autoestima baja y tendencia a criticarse a sí mismo: elogia al niño frecuentemente con sinceridad, reforzando conductas concretas; acentúa lo positivo, de una manera comprensiva. Pon en tela de juicio las críticas del niño hacia sí mismo y señálale sus pensamientos negativos cuando ocurran, ayúdale también a integrar y aceptar sus propios errores e imperfecciones dentro de su autoconcepto.
- Culpabilidad: ayuda al niño a distinguir entre los acontecimientos que él puede controlar y los que están fuera de su alcance: ayúdalo a que comience a hablar positivamente de sí mismo.
- Estabilidad familiar: mantén una rutina y disminuye los cambios en asuntos familiares; coméntale acerca de los cambios con anticipación para reducir las preocupaciones.
- Desesperación e impotencia: pide al niño que escriba o hable de sus sentimientos y que anote sus pensamientos placenteros de tres a cuatro veces al día, para que éstos vayan aumentando en un período de cuatro a seis semanas.
- Pérdida de interés y tristeza: prepara una actividad interesante al día; planifica acontecimientos especiales; comenta temas agradables.
- Apetito y problemas de peso: no lo obligues a comer; prepara sus comidas favoritas; favorece que la hora de comer sea placentera.
- Dificultades para dormir: mantén un horario constante para dormir; participa junto con él en actividades relajantes como leer o escuchar música suave; termina el día con una nota positiva.
- Agitación e inquietud: cambia las actividades que causan agitación; enséñale al niño técnicas de respiración y relajación; un masaje puede ayudar; estimula el ejercicio y la recreación.
- Temores excesivos: reduce las situaciones que causan ansiedad e incertidumbre; apóyalo y tranquilízalo; acompáñalo a afrontar situaciones que causan miedo desproporcionado; la planificación puede reducir la incertidumbre.
- Comportamiento agresivo e ira: rechaza la conducta destructiva de una manera amable pero firme; da validez a sus emociones y estimula al niño a expresar sus sentimientos de ira apropiadamente; no reacciones con ira; se consistente en sus respuestas a la conducta inadecuada.
- Dificultad para pensar y para concentrarse: anima al niño a participar en juegos y actividades; trabaja con los maestros y los psicólogos escolares para promover el aprendizaje; adapta el entorno para facilitarle la concentración.
- Pensamientos suicidas: estate alerta a las señales de suicidio; busca ayuda profesional inmediatamente.
- Si la depresión persiste: consulta con vuestro pediatra para que valore realizar una derivación al psicólogo clínico o al psiquiatra.
Fuente: https://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/depresion-ninos-informacion-padres-familiares